RIMAS Y REVOLUCIONES

La historia no se repite, pero a veces rima, decía Mark Twain
Hoy Venezuela sufre los ruinas de una revolución “roja rojita” como solía vociferar ante micrófonos y ante público de tarima y balcón al mejor estilo de Evita, el finado Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías.
¡Rojo rojito! gritaba y la galería enardecida por la esperanza, levantaba el puño del delirio revolucionario.
El difunto Teniente Coronel se entregó a las ansias revolucionarias de los Castros, rimando la historia de Venezuela con la de países de otras latitudes, donde también rimaron botas militares con revoluciones marxistas: Somalia, Chat , Sudan, Nigeria.
Ayer leía el artículo de la abogada y analista política Thays Peñalver: La Venezuela subsahariana. Y recordando la frase de Mark Twain, las rimas escalaban escalofrió sobre mis espaldas.
Porque la historia rima, riman aquellas pateras surcando mar caribeño infectado de tiburones a fin de llegar a las costas de Florida, con las embarcaciones paupérrimas surcando azul mediterráneo para alcanzar las costa de la isla de Lampedusa. Riman los famosos saltos a las vallas de Melilla a pesar de las cuchillas disuasorias, con los saltos mortales sobre el viejo y derrumbado muro de Berlín en la dividida Alemania. Hoy esas historias riman con los miles de venezolanos que espantados por la delincuencia asesina,  pueden por ahora, sacar a sus hijos de Venezuela sobre más seguros aviones.

El régimen Chavista entregado en alma y cuerpo a los dictadores hermanos Castros,  ha malgastado 15 años,  para generar la peor recesión económica en la historia de una Venezuela, con las mayores reservas de petróleo del planeta y con un valor de más de 100 dólares por barril de oro negro. 15 años para propiciar gracias a la pasmosa impunidad, una escalada de violencia hamponil que deja pálidas, las cifras de muertos por guerras oficiales en estos tiempos modernos.

Hoy el heredero Maduro,  además de seguir rimando con los fracasos históricos, también usa la hipérbole y al mejor estilo castrista reprime brutalmente a punta de balas, de paramilitares y violaciones de derechos humanos, una población civil y desarmada que acompañando al movimiento estudiantil, sale a manifestar en las calles de todo el país. 

Ante 35 venezolanos asesinados en las manifestaciones- las ultima victimas, una joven embarazada de cinco meses, un sargento de la Guardia Nacional Bolivariana- el grupo de cancilleres de UNASUR adelanta su visita programada para abril y arriba mañana a Venezuela.
La cancilleresca visita, supuestamente viene a objeto de propiciar el dialogo entre gobierno y oposición, pero realmente su llegada es con equipo de maquillaje, para darle retoques democráticos a la máscara del régimen infame de Maduro, además de seguir cobrando en dolares negros negritos de petroleo. 
Un viejo proverbio árabe reza: “Al perro que tiene dinero se le llama Señor Perro” 
Y mientras los venezolanos mendigan en colas kilométricas por un rollo de papel de baño, por un kilo de café o de harina pan para hacer sus arepas; mendigan por las medicinas más básicas y ni soñar con las especiales para enfermedades atroces como el cáncer, los socios de UNASUR sacan su buena tajada gracias a la violencia revolucionaria que ha destrozando el tejido productivo de Venezuela, convirtiéndola en una muy conveniente para ellos, Economía de Puerto.
Con un testimonio "orgulloso de buena gestión" el ministro de alimentación Osorio anunció la semana pasada, que el régimen importará para estos próximos 4 meses:
De Argentina: 844.000 toneladas de alimento por valor de 715 millones de dólares
De Brasil: 429.000 toneladas de alimentos por valor de 1.750 millones de dólares
De República Dominicana: 55.000 toneladas de alimentos a 66 millones de dólares
De Nicaragua 169.800 toneladas a 385 millones de dólares.
De Guyana 200.000 toneladas de alimento a 114 millones de dólares
De Uruguay 115.000 toneladas por un monto de 224 millones de dólares.

Y entre rimas, proverbios la triste realidad:
Venezuela a punta de prestamos debido a la corrupción y el despilfarro, le debe una vela a cada chino para poder pagar las importaciones.
Los socios del régimen, gracias a la revolución roja rojita,  acarician feliz su caja registradora de ganancias y activan el viejo dicho criollo: Todos los días sale un tonto a la calle, el que lo agarre es de él.

Manifestaciónes del sábado pasado 22 de marzo.

Gizela Rudek J