Otoño en su primer fuerte abrazo
y el frío se esparce sobre la ciudad
entre grises que no dieron tiempo
al parto de dorados abandonos
Todo se ve más opaco y mustio
cuando a la ciudad enfrentamos
a través de los cristales chismosos
que delatan el llanto de los cielos
En el bar de la esquina lleno total
carmín y corbatas de lujo abrazan
algarabía entrenada en buen vino
y un aroma de tabaco se pega a
la estela de perfume francés y fino
Palpita el devenir de mayores fiestas
¡Chin Chin!
¡Salud!
¡Prost!
Regocijo de almas
Y cajas registradoras
En la ciudad los contenedores sin
la cotidiana algarada que los excede
No contaminan el urbano paisaje
los alaridos de marrón prosperidad
amontonados por la extra desidia
Acartonado dichoso de haberes
ahora gana mejor destino que ser
rociada por el perro de la vecina
ser pateada por los excesos de
noche navegada en intensidades
Un reloj marca las horas y las canta
(Como en el bolero)
Y sus brazos tocan las doce campanas
y manosean entrañas entumecidas
hambre resignada y ¿amaestrada?
Una vez y dos botellas de aguardiente
y se entumece la lengua y la vida
las ganas de ganas ya perdieron ganas
Asoman las lagrimas son recuerdos
Hubo ¡cálido!
También refugio y abrazo
Mentiras eran verdades
Aquel techo con ventanas al sol
y risas entre paredes
¡Una carcajada suena a cristal roto!
Preposiciones practicas de vida:
Contra, sobre, entre, bajo, con
Cartones forran el piso custodio
de la maquina que escupe fortuna
Y el hombre que los sueños olvidaron
Duerme abrazado a los reciclados
en la gran avenida de mi ciudad
¡Chin Chin!
¡Salud!
¡Prost!
Se acercan las fiestas.
Gizela Rudek J