jueves, 26 de junio de 2008

¿NEUROSIS LITERARIA?..no, sólo quería ser un heterónimo.

Él era un hombre sencillo, sensible, apreciaba cosas que muchos desdeñaban. Como las gotas de lluvia que dibujaban figuras sobre el cristal de su ventana. La misma a través de la cual, en las tardes, solía ver como los rayos del sol traspasaban el tupido follaje de los árboles del parque.
La misma ventana que en las noches, le regala forma a
las sombras que acompañan el plateado de la luna, para decorar la estantería de sus libros.
No entendía nada de lo que pasaba. Nadie le explicaba nada, nadie le escuchaba.

¿Qué decía su madre? ¿Solitario? ¿Taciturno? ¡Pero de que hablaba?

¿Y por qué no lo miraba, por qué no lo escuchaba?
Pero pensándolo bien, siempre fue así, nunca prestó atención a lo que él decía, ni cuando niño, cuando más lo necesito. ¡Ni a nadie! en honor a la verdad. Ella siempre habla sobre las palabras de los demás, atropelladamente, sin parar. Como una estampida de caballos salvajes, que levantan mucho ruido y polvo, y anulan cualquier entendimiento.
¿Qué es culpa de tantos libros? ¡Qué fue la soledad después del divorcio? Pero su madre se volvió... ¡loca! ¿De que habla?

¡Por Dios! Quisiera ella tener la vida que tiene él. Plena, real. Llena de aventuras, de poesía,de filosofía.
No como la de sus hermanos. Los pobres, del trabajo a la casa, a oír las cantaletas
de una mujer como su madre (porque los tres, la buscaron copia fiel a ella), cada noche, oír sus hijos pelear porque no quieren comer verdura; tener que sacar al perro a orinar antes de dormir, cuando sacan la basura. Porque de paso, todos tienen unos estúpidos perros, que después de tanto tiempo, no aprendieron a levantar la pata en el baño de visita.
Nada que v
er con su pez dorado. Nunca tuvo que enseñarle nada, lo aprendió todo solo. No había que sacarlo todas las noches junto a la bolsa de basura.
Es más, pensándolo bien, últimamente no había basura que sacar. Ya no recordaba cuando fue la última vez que sacó la basura, o lavó los platos de la cena. ¡Su
pez! ¡Claro, seguro había sido él! En lo que llegara a casa, se lo agradecería. ¡Su casa, su ventana! ¡Cuanto la echaba de menos. Aquí no había nada, sólo paredes blancas y fantasmas blancos sordos, que no lo escuchaban.
¿Qué todos me veía cada vez más "despegado" de la realidad? ¿Qué no volví a la editorial, donde trabajo como corrector? ¿Qué lo vecinos le dijeron que tenía un mes sin abrir la puerta del apartamento? ¡Pero qué dices madre!
¿Por qué mientes a los fantasmas blancos?
Qué sabes tú, de las noches que acompañé a Don Quijote en sus aventuras. De las discusiones con Sancho, cuando trataba de disuadirlo, en alguno de sus episodios.
Pasé varios meses saliendo con ellos.Pero tuve que dejar de hacerlo
, porque comencé a sentir una especial atracción por Dulcinea. Estando a su lado, descubrí mi corazón latiendo más rápido de lo normal, y mis manos se brillaban de un extraño sudor. Entendí que me estaba enamorando. No podía hacerle eso a Don Quijote. Soy un hombre que sabe de lealtades para con los amigos: Verus amicus nunguam amici oblisviscitur.
Recuerdo cómo entristecí
a Don Quijote, cuando le dije que marchaba a un largo viaje a China. Sí, quedó muy triste en la despedida, pero su alma aventurera lo entendió.
¡Qué frase tan esperanzadora usó para la despedida!: “Amistades que son ciertas, nadie las puede turbar”.
Y yo nunca perturbaría una amistad con una deslealtad
, hacia quien tanto tenía que agradecer.
El viaje a
China fue una mentira honrosa, para evitar una deslealtad deshonrosa.
Además, a pesar de y por Dulcinea, también
estaba el asunto de la edad. Ya no era tan joven y las largas cabalgatas junto a Don Quijote y Sancho, resintieron bastante mis caderas.
Aproveché
el obligado distanciamiento, para buscar a mi gran amigo Fernando Pessoa, el gran poeta. Ya añoraba mis viejas tertulias con Pessoa y sus heterónimos. Con el heterónimo Álvaro de Campos, siempre estaba de acuerdo, no así con Ricardo Reis, con él siempre terminaba la tertulia con cierta tensión, con Alberto Caeiros, ni se diga, Pessoa decía que él y yo, formábamos el equipo perfecto a tal fin.
Inclusive me
atreví a escribir algunos poemas en esa época, incitado por el propio Pessoa y sentía que era el momento de mostrárselos. (No me había atrevido entonces)
Seguro, que cuando el
gran Pessoa los leyera, lo convertiría a él, en otro de sus heterónimos.
¡Pero qué hago aquí? Recuerdo haber salido
anoche en búsqueda de Pessoa.
Haber llegado hasta La Tabaquería, la del poema. Recuerdo haberme encontrado con la niña sucia,
a la que Pessoa siempre en el poema, le dice que coma chocolate:

Come chocolates, niña; / ¡Come chocolates!/ Mira que no hay más metafísica en el mundo que la de los chocolates. / Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería. / ¡Come, niña sucia, come! / ¡Si pudiera yo comer chocolates con la misma verdad con que tú comes! /Pero yo pienso y, al quitarles el papel plateado, que es de estaño, /Arrojo todo al suelo, como tiré la vida. /

Recuerdo bien, que la niña sucia dijo que se lo habían llevado al hospital, que sufrió un cólico hepático, que se veía muy mal. Recuerdo haber corrido al hospital con mis poemas, y ahora, no sé qué pasa. No sé porque estoy aquí, lejos de mi ventana. Sin poder moverme, sin haberle mostrado mis poemas al gran poeta, y rodeado de fantasmas sordos, aturdidos por la verborrea de mi madre, que como siempre, no escucha a mí ni a nadie.
¿Por qué dicen que no hablo!
Sí tengo rato tratando de que me escuchen.
Pero es inútil. N
o me oyen y yo no puedo moverme. Esta camisa extraña que trajo mi madre, porque seguro que fue ella, no me deja mover. Y el fantasma joven, él que tiene dedos de aguja, cada vez que me acaricia, me pincha, me hace sentir débil, con sueño, y no puedo moverme
No
puedo ver mi ventana, y no sé si el sol está afuera, esperando que lo vea, o si la lluvia dejó algún dibujo, o si es la luna la que dibuja sombras en mi pared… y lo peor, no puedo buscar al gran poeta Pessoa, no puedo mostrarle mis poemas.
Pienso: ¿y si la niña sucia tenía razón? ¿Y si muere sin leer mis poemas?
No podré ser un heterónimo de Pessoa,
Ricardo Reis, nunca lo permitirá.
! Dios mío!

Qué será de mí, si no logro escapar de esta blancura que se multiplica en
paredes y en fantasmas y no me deja ver mi ventana.

texto: Gizela Rudek

domingo, 22 de junio de 2008

Un hombre, una hora .¿una vida?

UN HOMBRE, UNA HORA, UN CAMINO.

¿Estoy dormido y despierto camino, o estoy despierto y entre sueños camino?
No lo sé.
Recorro mi vida en una hora.
En el primer cuarto de hora, siento mis pasos andando sobre mis estupideces. ¿Muchas?
Sí, pero de poca valía. Son pequeñas piedras en el camino, no obligan esfuerzo al caminar. Lo recorro a paso ligero. Voy silbando con el viento, a los acordes de una vieja canción.
Sigo al segundo cuarto de hora y me encuentro con viejos pecados forjados de soberbia, que nunca buscó perdón.
Difícil se torna el camino. Se convirtieron en grandes piedras que ganaron altura, sobre un andamiaje de estupideces, al las que siempre otorgué mucho valor.Ya no me es fácil caminar, ya mis silbidos no acompañan al viento, y me cuesta respirar.
Paso a mi siguiente cuarto de hora. Adentro el reino de mis angustias.
¡Haberme traído botas de escalar! Casi no logro avanzar. Las angustias se transformaron en rocas gigantes. Aún teniendo piernas fuertes, me es difícil avanzar. Resbalo mucho. Todo está recubierto de una extraña sustancia. Me ayudo con mis manos a fin de avanzar, y se me ensucian, y me las miro y la reconozco.¡Es mi estupidez! De años guardada, se hizo líquido baboso, que envuelve todo, que sella todo. Intento respirar, pero el aire es espeso, pegajoso. Se acumula en mis fosas nasales, se mezcla con mi saliva, paraliza mi lengua. Desde el subconsciente sollozo un auxilio, pero queda atrapado, suspendido. Nada escapa.
Mi último cuarto de hora por explorar: El amor.
Y un desierto de arenas movedizas me engulle. Ya no logro avanzar. Mis piernas se hunden, mis brazos no encuentran a que asirse. Voy cayendo. La arena que lentamente cede y abre paso a mi hundimiento, inmediatamente cierra, cualquier rendija de posible retorno.
Observo puertas cerradas. Recuerdo haber cerrado cada una de ellas, y arrojado cada llave, a un pozo de indiferencia.
Abajo, al final de la caída, un inmenso río formado de estupideces, sigue un cauce sin destino.Y me ahogo en su soledad. Y termina mi hora, mi camino, y hoy esta desnudez, que no se si está siendo soñada despierto, o vivida en sueños, sólo es arropada por un gran titulo final...

¡Yo solo y mi estupidez!

texto: Gizela Rudek

domingo, 8 de junio de 2008

CRONICA VIEJA DE TRES DIAS DE LLUVIA EN ACARIGUA - ARAURE

Llueve, llueve y llueve, se desató el invierno en toda Venezuela.

No para de llover desde hace tres días, y yo ya le voy teniendo respeto a los rezos de Mamá Doña...
… Peché sembró maíz y estaba preocupado porque no llovía y temía perder toda la siembra. Le pidió como buen hijo que le rezara a sus santos ...
… Ella lo hizo y ...No ha parado de llover…MAMÁ DOÑA…¡ya!…nos vas a ahogar … Esto parece Macondo.
Pero la cosa no sería tan grave si las calles de Acarigua y Araure hubiesen sido diseñadas para ser calles, en toda época del año. Pero no, están concebidas para ser grandes canales en época de lluvia.
Pero no tenemos góndolas , ni acordeonistas para sentirnos como en Venecia... ¡lástima! Pudiésemos tener un romántico invierno veneciano, suspirando mientras del acordeón escuchamos ..Al di la…

Las fosas...perdón, con más respeto Gizz… Los huecos, que logramos sortear en días secos, se convierten en monstruos “come vehículos” tapados por agua y engullen al más pintao, cuando llueve.

Yo que vivo aquí y allá, que tengo mi luna dividida, no tengo el mapa mental de donde están ubicados, así que requiero de un baqueano para dirigirme por la ciudad cubierta de agua para evitar que uno de esos me trague con vehículo y todo…

…¿los alcaldes?

… bueno esos tiene camionetas HUMMER, sí, de esas grandototas, como para ir a una guerra.

Sí, las cosas así son más fáciles, así es más fácil vivir aquí en este país en invierno, con HUMMER y agua Perrier para el whisky…no viviendo en un cerro que se derrite de amor, cuando la lluvia lo besa con pasión, en cada retorno estacional

Cállate Gizz y amarra tus zetas y tus apellidos… mejor.

Hoy salí con mi baqueano Oswaldo a buscar gas. (en recipientes, todavía no existe gas por tubería en Acarigua-Araure)

El estudio de belleza de Alex mi gran amigo, se quedó sin gas para calentar el agua con que le lavan la cabeza a las damas que asisten allí para ponerse bonitas y como él está de viaje…

No hay quien busque gas...me dicen las empleadas.
Es que hay escasez de gas, Sra Gizela

Salimos a buscarlo, bajo este dichoso palo de agua que Dios mandó a ruego de Mamá Doña
Sorteamos los traga vehículos, nadamos los canales y llegamos a la planta distribuidora.

Tiene un letrero que dice PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.)

Lo siento señora...no hay, dice el simpático empleado por la reja…tal vez mañana, pero venga en la madrugada, porque hay muy poco y se acaba rápido...a golpe de 4 de la mañana venga y haga la cola

Un país petrolero….¡¡¡¡??????...

Gizz amarra tus zetas, reprime tus apellidos…….

La Revolución va a Paso de Vencedores…

Pero tú no entiendes nada, así que, voltea la espalda y cómete un helado
Pero no puedo, mi baqueano Osvaldo, que es mi hermano del alma y entrenador de pesas...

cuando las hacías… acota él.

Con sus tríceps, bíceps y sus cuadritos de chocolate, con sus lindas poesías y sus lindos ojos verdes, que me miran con aire de bravura porque no estoy “dura”… no me deja comer helados.
Está elaborando un plan especial para que me lleve a Madrid...a entrenar de nuevo, a olvidarme del chocolate, a tomar muchos aminoácidos, vitaminas y proteínas, y a torturarme , como solía hacer con él cuando vivía aquí.

Las proteínas en polvo que me saben a rayos, las debo tomar con leche descremada antes de comenzar la tortura, pero hay un pequeño problema…

… a esta hora, ya no se consigue leche en el pueblo ¡¡¡¡¡¡¡

Así que hoy, me libré del entrenamiento que Oswaldo planeó para
"Que me acuerde" antes de regresar a Madrid

Qué importa que la leche escasee, por lo menos sólo escasea, hace unos meses simplemente NO HABÍA, ni para los bebes¡¡¡¡¡¡¡

La Revolución va a Paso de Vencedores.

Gizz…amarra tus zetas... ¡Cállate!..No llenes de improperios este pequeño blog.

8 horas en tratamiento dental intensivo antes de partir a Madrid, con la boca abierta, en el consultorio de Anita. Entre los descansos lo único que mitiga el dolor y la molestia, es el encuentro con amigos que compartimos a la Doctorísima, como la llaman mis hijos.

Tema de conversación: 5 camionetas robadas (sólo entre los visitantes de este consultorio) esta semana, tres casas, un secuestro exprés.(algo salió mal en la entrega y se convirtió en asesinato… no puedo describir que arrojó la autopsia sobre lo que le hicieron, antes del tiro de gracia).

La Revolución va a Paso de Vencedores.

Es inútil, debo volver a abrir los periódicos, con no leerlos, lo único que logro es que me cuenten las cosas con más énfasis, con más detalles mojados en lagrima, e igual nada se detiene y mucho menos la violencia de este país.

Prometo que desde mañana, volveré a leer la prensa

La lluvia amainó y las hojas del jardín se brillan con las góticas de agua que caen como pequeños cristales sobre ellas. Caen una tras otra. Juegan a la cascada. Resbalan alegres sobre las hojas y caen en el césped y ahí, se esconden…

Algunas harán el amor con su amor, mientras otras llorarán una perdida, otras escribirán un haiku en soledad, y otras lucharán contra el cinismo del mundo…

… ahí escondidas entre la pequeña selva recién podada.

Otras góticas que caen sobre el suelo rojo de la terraza, crean formas caprichosas. Quieren dibujar con color traslucido, paisajes mojados, y yo intento entender el dibujo, pero se mueve muy ligero, y con cada nueva gota se forma un nuevo dibujo, pero mi torpe imaginación no lo sabe seguir, no lo sabe leer…

.. Pero no es extraño, hay muchas líneas que no he aprendido a leer aún del libro de la vida.

Una fila de negras hormigitas desorientadas, que no entendieron que esto es casi el diluvio universal, aprovechan el amaino, y llevan a cuesta una hoja de color caoba con muchos ojitos marrones que miran hacia el cielo.
Y las gotas de lluvia caen sobre la hoja y se fusionan con las lagrimas que salen de los ojitos que miran el cielo,y se hace más pesada la carga, de tantas gotas de agua y tantas lagrimas y el peso aplasta a la hoja y las negras trabajadoras.
Pero ellas se reponen, se levantan y siguen su camino, y nuevas gotas caen sobre la hoja y nuevas lagrimas brotan de los ojitos marrones y las aplastan de nuevo y de nuevo ellas se reponen y siguen su atropellado caminar…

…Así como este país...lo aplastan y se repone y lo aplastan de nuevo y de nuevo se repone…

..Así como a nosotras nos aplasta la vida y las lagrimas y también nos reponemos y seguimos adelante.

¡Pero hasta cuándo?

Oswaldo y sus abdominales de chocolate está tirado sobre el sofá. En su ordenador escribe ejercicios. Escribe todos los NO que debo evitar.

Y yo me doy cuenta que me fui por" las ramas"….Por lo cerros de Úbeda ( gracias Zorro)
Porque yo sólo quería copiar la letra de una vieja canción italiana que rescatamos del cajón de los recuerdos y añadirla a la música de mi Navidad.

Ornella Vononi: Io ti Daró Di Piu...
... es de esas de...Toma este puñal y córtame las venas…pero en italiano
¿suena más culto?
y me encanta y me trae recuerdos de fiestas en casa, de suspiros adolescentes

Y pienso que debería pedirle a Mama Doña que rece por nosotras.

Por la que escribe y por las demás que están detrás de mis letras, las que no escriben pero viven los amores, las decepciones, las soledades, las alegrías, las que hacen preguntas que sólo silencios llevan por respuesta

Por las que no escriben con letras, pero sí con sueños.

¿O será que hay que pedirle a Mama Doña que rece para que aprendamos amar menos?

a non dire…io ti daró di piu

¿seriamos más felices?


Una volta che una volta
Vorrei vorrei non sbagliare
Ma stavolta non importa
Per te spenderei la mia vita
In cambio di niente.

Io ti darò di più
Io ti darò di più
Di tutto quello che avrò da te
E anche se tu mi amerai
Come non hai amato mai
Io ti darò di più di più
Molto di più.

Le parole sono parole
E tu puoi anche non credermi
Ma fa niente non fa niente
Che vuoi che m'importi un tuo dubbio
Se resti con me.

Io ti darò di più
Io ti darò di più
Di tutto quello che avrò da te
E anche se tu mi amerai
Come non hai amato mai
Io ti darò di più di più
Molto di più.

Io ti darò di più di più
Molto di più
Molto di più

texto:Gizela Rudek

OBRAS DE MENTEINVISIBLE

Cajita de regalo