La maldición roja sobre Venezuela y arepas al leño

 La leña arde intensa y pausada. De vez en cuando una chispa de candela salta con gracia,  y enciende el aire con aroma a maíz horneado y cenizas. Un loro hablador, un gato, un perro y yo. Y mis 6 años y mis tantas preguntas moliendo maíz cocido, en el rancho de Ramona. Barrio Paraguay.   

Cuando Ramona calla por algún pensamiento y yo por el feliz cansancio, solo se escucha el suave crujir de la candela chamuscando los troncos y el charrasqueo,  que produce limpiar el punto quemado en la arepa ya horneada, con un afilado rallo.

No teman, no estoy escribiendo mis memorias. Hace años, alguien en uno de esos mis episodios de “retorno al pasado” me demostró que es infligir mortal fastidio, escribir memorias sin editor interesado. No, hoy esas memorias viven en mí tan nítidas, porque ayer hablaba con mi comadre y hermana, y me decía que estaba asustada. Los vecinos del barrio de atrás, ya han mochado todos sus árboles y ahora se introducen sigilosos a cortar las ramas de los árboles del patio de la vieja casona, donde ella vive sola con tantos de nuestros recuerdos. Sí, hoy en el interior de la república bananera que han convertido los Chavez y los Castros a Venezuela, se cocina de nuevo y por necesidad, con leña. Sí, en el país con una de las mayores reservas de petroleo del mundo, se mochan árboles para poder cocinar, porque no hay gas.( ni electricidad constante)  En estos años pasados, de absoluta y asombrosa bonanza petrolera, con precios por encima de los 100 dolares el barril, no solo no se construyó una red de gas domestico directo a los hogares, es que ahora, hasta los arcaicos envases de gas domestico no se pueden adquirir. Los Chavez y los Castros han retrocedido a más de medio siglo, una Venezuela que antes de la Maldición Roja, era un país con problemas por resolver como cualquier país, pero también con un brillante futuro.

Hoy sin embargo, Venezuela está herida de muerte. Hoy está en manos de unos asesinos que no solo matan a ciudadanos que se manifiestan en contra de la ilegalidad, matan a niños y ancianos en hospitales, porque no hay medicinas ni comida, mata a ciudadanos con el brazo ejecutor de la delincuencia, que la Maldición Roja alimenta, a cambio de votos y a cambio de ejercer el terror sobre cualquiera que disienta de su pensamiento.

Hoy en medio del terror y del luto, también vamos conociendo a los “asambleístas de la prostituyente”: Prontuarios por diversos crímenes. Búsquedas y capturas por asesinato. Incultura in extremis; y en el circo infernal imposible que falte un payaso, así que ya curada de asombro, escucho la presentación de un asambleísta en vídeo y escucho que trabajará para legalizar la marihuana , porque con ella, “es rico el sexo”

¿Será por eso que muchos de los super pesados narcos Chavistas-Castristas,  ahora son con éxito, fanáticos consumidores de hermosas y jóvenes ex mises? Porque de otra manera no entiendo mucho, de parte de esas hermosuras, eso de compartir lecho con criminales, de paso incultos y totalmente cretinos... ¿será por eso de la marihuana y lo rico del sexo? Pero en fin, ya son demasiadas las cosas que yo no entiendo.Seguro viene  en el paquete de la menopausia. Así,  desde mi refugio español, veo a la democracia de Venezuela herida de muerte, veo a los ciudadanos venezolanos, verdaderos héroes del momentos, en una lucha desigual contra el régimen criminal; y veo a una Comunidad Internacional con palabras y palabras y palabras y sin acciones y no entiendo nada. No entiendo todas esas “Instancias Internacionales” chupando presupuestos de naciones, pero que solo generan diplomáticos, que no hacen nada más que producir folios y folios y palabras grandilocuentes, mientras la Maldición Roja intenta acabar con todo lo nuestro y los venezolanos caen asesinados en las manifestaciones o son torturados en los sótanos de la policía política.

Y no quiero ser mal pensada, pero ¿no será que la dictadura como es de izquierda, no es vista “tan dictadura”? Es que el mundo,  como ejemplo de hipocresía se lleva todas las palmas. Un tiempo cuando el dictador Pinochet se paseaba por el mundo, el famoso juez Garzón, héroe de la izquierda trasnochada, intentó con éxito una medida en su contra a través de la llamada, Justicia Internacional y un buen mal rato le regaló. Pero Fidel Castro, tan dictador como Pinochet, se paseaba por el mundo y de Justicia Internacional, nada de nada. Y sí mucho de “jalarle las bolas” dicho en criollo.

Pero no quiero que mi “mal pensada” me desvié de lo que quería gritar mientras la dictadura Chavista- Castrista arremete con toda la saña y rabia contra la población, y mientras los dirigentes demócratas, le piden a la ciudadanía que se a pertreche dentro de lo posible, (que realmente es un imposible), de alimentos, ya que serán días muy duros, los venideros:

¡VERGUENZA , UNU, OEA, UE, TRIBUNAL DE LA HAYA ! Solo burócratas viviendo de la vacía política, que no defiende derechos,  ni justicia.