Llueve otoño
Se desbarranca el cielo a gotas
Se desprende el follaje
y las hojas empapadas semejan sellos sobre gris concreto
No hay reposo dorado en las esquinas
Ni juegos de ocres coqueteando con la brisa
Llueve otoño
Son las lágrimas de Deméter
porque su hija parte de nuevo al infierno
Cada nueva estación suma año a sus siglos
y ella tan anciana
llora cada año con mayor intensidad
Un pragmático rebatirá que es simple calentamiento global
Pero cuando se es viejo duelen más las despedidas
También igual enternecen más las bienvenidas
Cuando se es viejo se tiene piel orgánica delicada
La piel del espíritu se adelgaza en su transparencia
y así emprende su final desprendimiento
Llueve y llueve otoño
Mientras el momento se vacía de tiempo
frente a la ventana persigo goticas patinando sobre el cristal
Repaso existir entrelazado de luces y sombras
y me desprendo como hoja seca en añoranzas otoñales
Gizela Rudek J